Trump celebró con desfile militar mientras protestas masivas en EE.UU. exigieron su salida; el día estuvo marcado por tensión y un asesinato político.
En una jornada marcada por la confrontación política, el presidente Donald Trump celebró su cumpleaños número 79 con un desfile militar sin precedentes en Washington, mientras al mismo tiempo, cientos de miles de ciudadanos se manifestaban en su contra en las principales ciudades de Estados Unidos. Al grito de “Trump Must Go”, las protestas evidenciaron un profundo descontento social que opacó la conmemoración del 250 aniversario del Ejército estadounidense.
Aunque el desfile avanzó por la legendaria Constitution Avenue con un imponente despliegue de tanques, artillería pesada y más de 7 mil soldados, la tensión social fue protagonista del día. Desde Nueva York hasta Los Ángeles, pasando por Chicago y Atlanta, más de 2 mil manifestaciones bajo el lema No Kings sacudieron al país, con un mensaje claro: rechazan la agenda política, migratoria y económica del republicano.
En Washington, en las inmediaciones de la Casa Blanca, cientos de manifestantes —entre ellos veteranos de guerra e inmigrantes latinos— tomaron el histórico parque Lafayette con pancartas, consignas y discursos que exigían justicia para los migrantes y respeto a los derechos civiles. La protesta, inicialmente pacífica, vivió momentos de tensión cuando un grupo de simpatizantes blancos pro-Trump irrumpió con gritos a favor del presidente. La rápida intervención del Servicio Secreto evitó que el enfrentamiento escalara.
“Hoy vinimos a decirle a Trump que este país también se construyó con las manos de los inmigrantes, y que el abuso que vivimos debe parar”, declaró Tony Guardia, migrante salvadoreño e integrante de la organización Pueblo Unido, en entrevista con medios internacionales.

Un desfile polémico
El desfile militar, fuertemente criticado por opositores, incluyó 150 vehículos entre tanques M1 Abrams, artillería autopropulsada Paladin y cañones M777, una escena poco común en las calles estadounidenses. Trump, desde una tribuna blindada, saludó a las tropas y justificó el evento: “Todos los demás países celebran sus victorias, ya es hora de que Estados Unidos también lo haga”, afirmó ante miles de seguidores.
Sin embargo, para muchos, el evento simbolizó un retroceso autoritario. El gobernador de California, Gavin Newsom, ya impugnó legalmente el despliegue de tropas en Los Ángeles, ciudad mayoritariamente demócrata donde también se vivieron marchas multitudinarias.

Luto y violencia política
La jornada también estuvo marcada por un hecho trágico: el asesinato de una legisladora demócrata y su esposo en Minnesota, a manos de un hombre armado que se hizo pasar por policía. El atentado, calificado por autoridades como un “crimen político”, dejó además a otro legislador y a su cónyuge gravemente heridos.
Este hecho, sumado a las tensiones por el conflicto en Medio Oriente y las políticas migratorias del gobierno, avivó el fuego de las protestas. “Trump celebra mientras la nación llora”, expresó una pancarta en la manifestación de Chicago.
Con este panorama, el mensaje fue claro: mientras el mandatario festejaba con desfiles y tanques, cientos de miles levantaron la voz exigiendo justicia, unidad y democracia. Un cumpleaños con sabor a confrontación nacional.