¿Te llaman por teléfono para cobrarte? Profeco aclara si es acoso y cómo actuar

¿Te acosan por teléfono para cobrarte? Esta es una pregunta que se hacen miles de personas en México que, además de enfrentar deudas, reciben llamadas constantes de despachos de cobranza. En medio de esta situación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha salido a aclarar qué es legal y qué no cuando se trata de cobrar por teléfono.

Si tú también has sentido que ese tipo de cobros cruzan la línea del acoso, esto dice Profeco sobre tus derechos como consumidor.

De acuerdo con Profeco, es común que las instituciones financieras y comercios contraten despachos de cobranza para recuperar pagos vencidos. Estos despachos, ya sean personas físicas o morales, funcionan como intermediarios entre la empresa acreedora y el deudor, con el objetivo de solicitar el pago fuera de un proceso judicial, además de ofrecer alternativas para negociar, reestructurar o liquidar créditos, préstamos o financiamientos otorgados previamente.

Cuando el cobro se convierte en abuso, Profeco puede actuar

Aunque la función principal de los despachos de cobranza es recuperar pagos pendientes, en algunos casos llegan a recurrir a tácticas agresivas o indebidas que rebasan los límites legales. Ante estas situaciones, la Profeco tiene la facultad de intervenir e imponer sanciones a las empresas que hayan contratado a estos intermediarios.

Por ello, es fundamental que los consumidores conozcan qué prácticas están prohibidas y se animen a denunciarlas si son víctimas de algún tipo de hostigamiento.

¿Qué acciones no pueden realizar los despachos de cobranza?

Según lo señalado por la Profeco, existen límites claros que los despachos de cobranza no pueden rebasar al contactar a los deudores. Entre las prácticas prohibidas están:

Comunicarse con personas distintas al titular de la deuda, al aval o al obligado solidario. No deben contactar, bajo ninguna circunstancia, a menores de edad, adultos mayores o personas con discapacidad, a menos que estos últimos sean responsables directos del adeudo.
Intentar localizarte a través de números telefónicos, correos electrónicos o domicilios diferentes a los que tú proporcionaste a la empresa que otorgó el crédito.
Enviar mensajes o notificaciones a terceros que revelen tu situación de impago.
Realizar llamadas o visitas a tu hogar entre las 10:01 de la noche y las 6:59 de la mañana, de acuerdo con el horario de tu localidad.
Usar lenguaje vulgar, agresivo u ofensivo, ni recurrir a amenazas o actos de intimidación hacia ti o tu círculo cercano (familiares, amigos, compañeros de trabajo, avales o deudores solidarios).
Colocar letreros, avisos o cualquier señal que evidencie la deuda en tu domicilio o lugar de trabajo.
Hacerse pasar por autoridades judiciales o presentar documentos que aparenten ser resoluciones legales o escritos oficiales.
Enviar correspondencia que, a simple vista, revele que se trata de una gestión de cobro.
Difundir tu deuda a través de medios públicos o plataformas de comunicación masiva.
Recibir directamente el pago de la deuda sin autorización expresa.
Usar líneas telefónicas que aparezcan como “privado”, “confidencial”, “no disponible” o cualquier otra denominación que oculte su identidad al momento de llamarte.

¿Te están hostigando para cobrarte? Esto es lo que puedes hacer

Es importante saber que nadie está obligado a responder llamadas de un despacho de cobranza. Si una persona decide no contestar o simplemente prefiere ignorarlas, está en todo su derecho. Además, no tiene por qué aceptar acuerdos bajo presión.

Lo más recomendable es contactar directamente a la institución que otorgó el crédito en caso de tener dudas sobre el adeudo, en lugar de negociar con el despacho.

Si alguien recibe llamadas intimidantes, amenazas o sufre cualquier tipo de trato inapropiado por parte de un despacho de cobranza, puede presentar una denuncia ante la Profeco. Los teléfonos disponibles son: