La grasa es un ingrediente esencial en la gastronomía. No solo añade sabor, sino que también influye en la textura, el aroma y el resultado final de un platillo. Sin embargo, con tantas opciones disponibles es común preguntarse: ¿Cuál es la mejor opción para cocinar?
Cada tipo de grasa tiene características únicas que la hacen más o menos adecuada dependiendo del platillo que vayas a preparar, tu objetivo nutricional y tus preferencias de sabor. Conoce las diferencias clave entre cada tipo, sus usos recomendados y te ayudamos a decidir cuál es mejor según el tipo de preparación que hagas en casa.
Para empezar, es importante entender qué es cada una de estas grasas y cómo se obtiene:
¿Qué es la mantequilla?
La mantequilla es una grasa de origen animal, obtenida al batir crema de leche hasta separar el suero (suero de mantequilla o buttermilk). Tiene un contenido graso cercano al 80% y un sabor cremoso inconfundible.
Se presenta en forma sólida a temperatura ambiente, pero se derrite fácilmente al calentarse. Es rica en vitamina A y compuestos que aportan aroma y color. Usos comunes: repostería, salteados suaves, panes y salsas como la bechamel.

¿Qué es la manteca?
Puede referirse a dos tipos principales:
- Manteca de cerdo: grasa animal extraída al calentar el tejido adiposo del cerdo. Tiene un punto de humo más alto que la mantequilla y sabor más neutro.
- Manteca vegetal: grasa de origen vegetal (como la de palma o soya) que se hidrogena para mantener su consistencia sólida.
Ambas versiones son muy usadas para freír y preparar masas quebradas por su capacidad de dar textura crujiente. Usos comunes: tamales, empanadas, frituras tradicionales, tortillas de harina.

¿Qué es la margarina?
La margarina fue creada como una alternativa vegetal a la mantequilla. Su contenido graso también ronda el 80%, pero proviene de aceites vegetales como maíz, soya o palma, que han sido sometidos a un proceso de hidrogenación o emulsión para solidificarlos.
Hoy en día, muchas margarinas han reducido o eliminado las grasas trans, aunque algunas aún pueden contenerlas en pequeñas cantidades. Usos comunes: repostería, panadería, salsas económicas, sustituto de la mantequilla en cocina cotidiana.

¿Qué es el aceite?
El aceite es una grasa líquida, generalmente vegetal, aunque también hay de origen animal (como el de pescado). Hay una gran variedad: oliva, girasol, canola, maíz, coco, entre otros.
Su punto de humo varía según el tipo y su refinamiento, por lo que es crucial elegir el adecuado para cada técnica. Usos comunes: freír, saltear, aderezar, hornear en recetas veganas.

¿Para qué sirve cada tipo de grasa?
Las grasas no solo aportan sabor; también determinan la textura y la técnica de cocción. Así puedes identificar cuándo conviene usar cada una:
Mantequilla:
- Ideal para: repostería, salsas, panes con sabor y pasteles esponjosos.
- Aporta sabor lácteo y cremosidad.
- Requiere atención al calor: se quema fácilmente.
- Ejemplo: en unas galletas de mantequilla, da esa textura quebradiza y sabor intenso característico.
Manteca:
- Ideal para: tamales, frituras profundas, tortillas de harina, empanadas.
- Su punto de humo es más alto, lo que la hace perfecta para freír.
- La de cerdo aporta sabor tradicional en la cocina mexicana.
- Ejemplo: los tamales con manteca quedan más esponjosos y suaves.
Margarina:
- Ideal para: recetas económicas o en donde no se desea usar mantequilla.
- Puede sustituir a la mantequilla 1:1, aunque el sabor no es igual.
- Algunas versiones son más ligeras y se pueden usar para untar.
- Ejemplo: en panes caseros, la margarina puede ser útil para dar textura sin encarecer la receta.
Aceite:
- Ideal para: freír, saltear, aderezar y hornear sin lácteos.
- Muy versátil y saludable, si se elige el adecuado.
- El aceite de oliva virgen extra se recomienda crudo o a baja temperatura para preservar sus antioxidantes.
- Ejemplo: una ensalada mediterránea con aceite de oliva y limón se vuelve un platillo saludable y sabroso.
¿Cuál grasa es más saludable?
Aunque todas las grasas aportan calorías similares, no todas tienen el mismo efecto en la salud. Estas son sus diferencias nutricionales:
Mantequilla:
- Rica en grasas saturadas y colesterol.
- Contiene vitaminas liposolubles como la A, D y E.
- En exceso puede aumentar colesterol “malo”.
Manteca:
- Alta en grasa saturada.
- La de cerdo tiene ácido oleico (como el aceite de oliva), pero también colesterol.
- Su uso debe ser moderado, especialmente en personas con problemas cardiovasculares.
Margarina:
- Antes contenía muchas grasas trans, hoy su contenido ha bajado.
- Algunas son enriquecidas con omega-3 o vitaminas.
- Verifica que diga “sin grasas trans” o “libre de ácidos grasos hidrogenados”.
Aceites vegetales:
- Los aceites no refinados (como el de oliva virgen) son ricos en antioxidantes y ácidos grasos esenciales.
- El aceite de canola y girasol tienen buen perfil graso.
- El de coco, aunque vegetal, contiene grasas saturadas que deben consumirse con mesura.

¿Qué grasa es mejor para cocinar?
Si vas a preparar galletas o pasteles, la mantequilla es la mejor opción si buscas sabor y textura, aunque puedes usar margarina si prefieres una alternativa más económica.
Para frituras crujientes, lo ideal es utilizar manteca (de cerdo o vegetal) o aceites con alto punto de humo como el de maíz o girasol. Esto evita que se queme la grasa y que el alimento absorba sabores indeseables.
Al saltear verduras, lo más recomendable es usar aceite de oliva o de canola, ya que son más ligeros, saludables y realzan el sabor natural de los vegetales.
Para hacer tamales, gorditas o tortillas de harina, la manteca es prácticamente insustituible si quieres lograr esa textura esponjosa y tradicional. La margarina o el aceite podrían funcionar, pero el resultado será diferente.
Si vas a preparar una ensalada o un platillo frío, el aceite de oliva virgen extra es el indicado por su aroma, sabor y beneficios para la salud.
Si estás cocinando un platillo vegano, tanto la margarina vegetal como los aceites son tus mejores aliados para sustituir productos animales.
Y si buscas una preparación más saludable en el día a día, opta por aceite de canola o de oliva, limitando la mantequilla y la manteca a momentos especiales o recetas donde realmente marcan la diferencia.
No hay una única grasa que sea “la mejor” para todos los casos. Todo depende de lo que quieras lograr en la cocina: sabor, salud, textura o tradición. La mantequilla es insuperable en sabor y repostería, la manteca es reina de la cocina tradicional mexicana, la margarina es práctica y económica, y el aceite vegetal es ideal para cocinar con consciencia saludable.
La clave está en conocer las propiedades de cada una y elegir con inteligencia según el platillo y tus necesidades personales. Así lograrás el equilibrio perfecto entre sabor, salud y resultados.