El presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Mike Johnson, consiguió agrupar esta madrugada el mínimo de votos conservadores necesarios para superar un voto de procedimiento que ha permitido iniciar el debate del megaproyecto presupuestario de Donald Trump, que aumentará el déficit en más de 3 billones de dólares e incorpora fuertes recortes a las coberturas médicas de millones de personas.
Johnson dejó el voto de procedimiento que determina las reglas del debate parlamentario abierto durante casi seis horas, mientras Trump hacía llamadas a los congresistas republicanos rebeldes, hasta conseguir de madrugada 219 votos frente a los 213 opuestos a abordar un voto final sin realizar profundos cambios a la ley, algo que muchos conservadores pedían.
Trump marcó el viernes 4 de julio, Día de la Independencia, como plazo para recibir el proyecto presupuestario y rubricarlo, pero el complejo texto de casi mil páginas ha pasado por varios cambios, el último con la aprobación por la mínima en el Senado esta semana, después de que el vicepresidente JD Vance rompiera el empate de la Cámara Alta.
“Este debería ser un sí fácil para los republicanos ¡Esto es ridículo!”, lamentó Trump en la red Truth Social cerca de la 1 de la mañana, antes de realizar llamadas algunos de los ocho republicanos que se oponían a un voto final del proyecto de ley.
Finalmente, la presión de Trump y Johnson para cumplir el plazo autoimpuesto por el presidente sirvió para mover a un mínimo de votos republicanos al bando del “sí” y permitir el debate del proyecto de ley.
En otra jornada maratoniana, el líder de la minoría demócrata del Congreso, Hakeem Jeffries, comenzó el debate final del presupuesto sobre las 5 de la mañana con la intención de retrasar todo lo posible el voto en el pleno y defender los intereses de veteranos, pensionistas y trabajadores.
Algunos republicanos, especialmente los que más se oponen al aumento del déficit o aquellos que viven en distritos en disputa electoral y con fuerte presencia de personas beneficiadas por el seguro médico del Medicaid, han pedido más tiempo para poder analizar y cambiar la versión de la ley enviada por el Senado.
Johnson, por su parte, se la juega a un voto final incierto que podría no tener los escaños suficientes y complicar aún más la aprobación del megaproyecto presupuestario de Trump, que él ha bautizado como la “gran hermosa ley” (“big beautiful bill”, en inglés).