La industria restaurantera afronta nuevos retos todos los días, por ejemplo, el alto costo de las rentas y el incremento en los insumos, además de la siempre polémica propina, que aún muchos debaten sobre si debe de ser obligatoria o más bien una cortesía, sin embargo, una nueva ha llegado: las cuentas divididas que piden los comensales.
Cada vez más se pueden leer anuncios que dicen “no dividimos cuentas” afuera de los restaurantes, cuyos meseros y camareras se dicen cansados de esta práctica para mesas de hasta 20 personas que, aunque llegan juntos y se les atiende en conjunto, quieren pagar individualmente.Enrique García, vocero de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en España, asegura que “simplemente hay que aplicar el sentido común” cuando acudimos a un restaurante como un grupo en conjunto. De acuerdo con el medio LaSexta, esta práctica de dividir la cuenta para los comensales ha comenzado a hartar a los comercios en Málaga, en donde ya existe todo un movimiento para no realizarlo más.
Tanto en aquel país como en México, no existe una regulación que impida específicamente que cada cliente pague por su consumo, pero tampoco a que no sea así, por lo tanto, en estos momentos, los camareros y meseras de Málaga pueden tomar esa decisión, como parte de sus políticas.
El mismo medio entrevistó a un mesero, quien les aseguraba que esta práctica de dividir las cuentas en grupos de más de 10 personas “descuadran la caja” y también provoca tardanza en el servicio del resto de los comensales, pues los cajeros y ellos mismos tardan más en sacar el consumo de cada cliente.
¿La propina es obligatoria en restaurantes y bares de México?
Cuando se acude a un restaurante o a un bar es común dejar propinas, sin embargo la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) es muy clara al respecto: es una GRATIFICACIÓN VOLUNTARIA generalmente económica por un servicio recibido.
Este concepto está en la Ley Federal de Protección al Consumidor, cuyo artículo 10 establece que: “Los proveedores no podrán aplicar métodos o prácticas comerciales coercitivas y desleales, ni cláusulas o condiciones abusivas o impuestas en el abastecimiento de productos o servicios”.