Legisladores y productores de tomate de Florida, con el 70 por ciento de esta cosecha en Estados Unidos, celebran el nuevo arancel del 17 por ciento al jitomate mexicano, mientras congresistas y asociaciones de estados fronterizos, como Texas y Arizona, alertan de hasta 47 mil empleos en riesgo y un encarecimiento del 50 por ciento.
La Florida Tomato Exchange (FTE), agrupación de productores que ha liderado la demanda contra el ‘dumping’ mexicano, aplaudió que Washington se retirara del Acuerdo de Suspensión de Tomate (TSA), al denunciar que las importaciones de este fruto desde México se han “disparado” casi 400 por ciento en los últimos 20 años.

“Esta decisión protegerá a los laboriosos agricultores de tomate estadounidenses de las injustas prácticas comerciales mexicanas y mandará una fuerte señal de que la Administración Trump está comprometida a garantizar mercados justos”, expuso Robert Guenther, vicepresidente de la FTE, en un pronunciamiento.
La reimposición de aranceles al jitomate de México era prioridad para políticos de Florida, que en 2024 produjo un valor estimado de casi 331 millones de dólares del fruto, según datos del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
El senador floridano republicano Rick Scott, quien lideró las voces en el Congreso contra el TSA, en vigor desde hace 28 años, culpó al acuerdo de que la participación de mercado del tomate estadounidense haya caído al 30 por ciento del nivel previo de 80 por ciento en 1994.
“He estado trabajando para proteger a los agricultores floridanos por años. La Administración Biden (2021-2025) no hizo nada para detener el ‘dumping’ de tomates. Gracias al presidente y a Howard Lutnick (secretario de Comercio) por tomar acción y poner a los agricultores estadounidenses primero”, expuso en redes sociales el exgobernador de Florida (2011-2019).
Pero empresarios de otros estados rechazaron el impuesto, como la Texas International Produce Association (TIPA), que alertó de 47 mil empleos en riesgo al citar que 952 mil 544 millones de kilogramos cruzaron la frontera tejana desde México en 2024.
El presidente de la TIPA, Dante Galeazzi, estimó en 8 mil 300 millones de dólares el impacto a la economía estadounidense.
“Los jitomates mexicanos representan cerca del 70 por ciento de los tomates frescos que se consumen en este país. Si inmediatamente eres incapaz de que ese 70 por ciento de la oferta acceda al mercado, esos precios van a subir”, expresó Galeazzi en una rueda de prensa en McAllen con legisladores de ambos partidos.
El senador Rubén Gallego, demócrata de Arizona, también denunció efectos inmediatos “porque el impuesto al tomate de Trump ya entró en vigor”.
“En un momento en el que las familias ya están batallando para comprar abarrotes, los precios en los productos de tomate podrían dispararse hasta un 50 por ciento. Este es un impuesto para la gente trabajadora, simple y llanamente”, comentó el legislador en sus redes sociales tras el anuncio.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo que el jitomate mexicano seguirá exportándose “aún con el arancel porque no tiene sustituto“.