En 1953, Marilyn Monroe ya era una estrella en ascenso. Pero ese año, unas fotos desnuda que se había tomado años antes salieron a la luz… y causaron un escándalo.

Las imágenes, tomadas cuando apenas empezaba su carrera y necesitaba dinero, fueron publicadas en el primer número de Playboy. Muchos intentaron censurarlas. Algunas tiendas se negaron a vender la revista y la prensa la atacó.
Pero en vez de ocultarlo, Marilyn lo admitió sin pena:
“No podía pagar el alquiler. ¿Qué iba a hacer?”
Su honestidad desarmó a todos. Y lejos de hundirla, la hizo aún más famosa. Aquel escándalo no la destruyó… la volvió inmortal.
