CDMX (RI Noticias).- En una emotiva ceremonia conmemorando los 700 años de la fundación mítica de México-Tenochtitlán, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reiteró este sábado la urgencia de que los gobiernos asuman la responsabilidad de pedir perdón por las “atrocidades” cometidas en el pasado. Sin nombrar explícitamente a España, la mandataria señaló que reconocer estos hechos no debilita a las naciones, sino que las fortalece y les otorga una libertad cimentada en la verdad.
Sheinbaum Pardo enfatizó que no puede existir una verdadera democracia o identidad nacional si se excluye la voz y el profundo legado cultural de los pueblos originarios de México, quienes han resistido durante siglos. Asimismo, abordó el flagelo de la discriminación, calificándolo como una dolorosa herida legada por la conquista española durante el periodo neoliberal.
Sin embargo, resaltó la perdurabilidad del legado de Tenochtitlán, que vive en la resistencia silenciosa de los pueblos, en sus lenguas, tradiciones, y en la esencia misma de la patria mexicana.
De acuerdo a Sheinbaum Pardo, reconocer Tenochtitlán no es evocar un pasado inerte, sino honrar un pulso vital que resuena en la capital, en las palabras, la gastronomía y, sobre todo, en la inmensa grandeza cultural e identidad de México. Describió a la antigua capital mexica como un símbolo de organización, poder, ciencia y arte, el corazón de una civilización indígena en armonía con la tierra y sus deidades.
La ceremonia, denominada “México-Tenochtitlán: Siete siglos del Legado de Grandeza”, incluyó la develación de un memorial en la Plaza de la Constitución, coronado por una reproducción del Teocalli de la Guerra Sagrada. El evento culminó con una impresionante representación escénica a cargo de más de 800 elementos del Ejército y las Fuerzas Armadas, que recrearon la travesía de los mexicas desde Aztlán hasta la fundación de su majestuosa ciudad.