Mazatlán, Sin (RI Noticias).- En medio de la creciente presión social y los señalamientos, las dos jóvenes liberadas la semana pasada tras ser privadas de su libertad en Mazatlán, tienen el derecho de guardar silencio. Esta postura, respaldada por la ley, fue confirmada por Adriana Berenice Morales Acuña, dirigente del Colegio de Abogados Genaro Estrada en Mazatlán.
Las jóvenes identificadas como Alexia Ordoño Padilla, de 15 años, y Guadalupe de Jesús González Padilla, de 25 años, fueron localizadas y puestas en libertad, mientras que María Cristina Pérez Salas, de 21 años y originaria de Mexicali, Baja California, y María Cecilia Berrelleza Flores, de Mazatlán, aún permanecen desaparecidas. La preocupación por el paradero de estas últimas ha generado un intenso escrutinio público sobre las jóvenes liberadas, a quienes se les exige información.
Morales Acuña enfatizó que, legalmente, Alexia y Guadalupe son consideradas víctimas de un delito. En esta condición, la ley las ampara y les otorga el derecho a proteger su integridad y vida. Esto implica que no están obligadas a rendir declaración si existe un riesgo inminente para su seguridad, una situación que podría presentarse si están bajo amenaza.
“Ellas también fueron privadas de su libertad, que por fortuna fueron liberadas, pero también fueron privadas de su libertad en su momento, ¿no? Entonces, como víctima, la propia Constitución, las propias leyes te respaldan y te dan tu derecho. ¿A qué? A proteger tu integridad. Es decir, no las obligan a que declaren. ¿Por qué? Porque hay un riesgo inminente sobre su propia seguridad”.
Aunque se comprende la angustia de las familias de las desaparecidas y el deseo de la ciudadanía por obtener respuestas, la abogada reiteró que las jóvenes liberadas no pueden ser forzadas a declarar. Si bien el Ministerio Público podría solicitar su colaboración en la investigación, cualquier participación sería voluntaria y siempre priorizando su seguridad. Además, Morales Acuña señaló que las leyes también protegen a las víctimas de la autoincriminación y de ser revictimizadas por la presión social.