Organizaciones de la sociedad civil han lanzado una enérgica alerta sobre el preocupante vínculo entre el embarazo adolescente y la violencia sexual en México. Aunque las cifras oficiales reportan una disminución en la maternidad precoz, el “rostro oculto” del abuso sexual infantil emerge como una realidad latente y alarmante detrás de estos embarazos, especialmente en niñas de 10 a 14 años.
La comunidad Alumbra, un proyecto colaborativo de Early Institute, Guardianes y la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C., ha expuesto en un pronunciamiento público la urgente necesidad de una protección efectiva para niñas y adolescentes.
Según la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (2021), al menos 6.3 millones de mujeres mexicanas reportaron haber sufrido alguna forma de violencia sexual antes de los 15 años. Estas experiencias van desde la coacción a mirar actos sexuales hasta acoso, tocamientos, intentos de violación o violaciones bajo amenazas o fuerza, lo que a menudo desemboca en una maternidad temprana y sus graves consecuencias.
A pesar de que la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA) indica una disminución en la maternidad precoz en los últimos años, México se mantiene por encima del promedio regional de América Latina y el Caribe en comparación con los países miembros de la OCDE.
Un dato particularmente preocupante es el aumento de la razón de fecundidad en niñas de 10 a 14 años en la mayoría de las entidades federativas. El INEGI reportó en 2023 6 mil 798 nacimientos de madres en este rango de edad, con un alto riesgo de violencia sexual subyacente. En muchos de estos casos, la edad del padre supera considerablemente la de la madre.
Las organizaciones enfatizan la clara alta vulnerabilidad y la falta de protección integral hacia niñas y adolescentes. “No se trata solo de estadísticas; estamos ante vidas en riesgo y una crisis social que requiere respuestas de fondo, humanas y responsables”, señalaron.
Ante esta situación, Alumbra, Guardianes y la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia A.C. han hecho un llamado contundente a la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo, presidenta de la República; Gobernadoras y Gobernadores; Fiscales de Justicia de los Estados; Diputadas y Diputados Federales y Locales; Senadoras y Senadores de la República; Madres y Padres de Familia; y a la sociedad civil en general para que tomen acciones urgentes. La evidencia demuestra que miles de niñas y adolescentes sufren violencia sexual debido a que gobiernos, comunidades, instituciones y familias no logran brindarles una protección efectiva.
Las organizaciones han planteado una serie de acciones concretas:
Para el Gobierno federal y gobiernos estatales:
- Garantizar que la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes sea un mecanismo eficaz contra la violencia sexual.
- Fortalecer los protocolos para notificar a la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes y denunciar cualquier forma de violencia sexual ante la Fiscalía General competente, especialmente en los sectores de salud y educación.
- Facilitar la coordinación entre autoridades para prevenir y atender casos de violencia sexual, con especial atención a embarazos en niñas menores de 15 años y embarazos posteriores donde exista sospecha de violencia sexual.
- Fortalecer las capacidades institucionales de las Procuradurías de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes para garantizar la protección y restitución de derechos de las víctimas, incluyendo la formación y capacitación del personal.
- Asegurar investigaciones con debida diligencia reforzada en todos los casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, incorporando la perspectiva de niñez, garantizando su interés superior y evitando la revictimización.
Para la sociedad civil y comunidades:
- Fomentar una cultura de respeto y protección a niñas y adolescentes, sin admitir prácticas culturales nocivas que normalicen la violencia sexual, y promover la responsabilidad colectiva para combatir este problema.
Para madres, padres y tutores:
- Fortalecer los vínculos de confianza y comunicación con niñas y adolescentes, creando ambientes seguros donde puedan expresar sus dudas, miedos y denuncias sin temor ni vergüenza.
La solución a este grave problema, concluyeron las organizaciones, requiere una voluntad política firme, acciones coordinadas y una responsabilidad colectiva que ponga en el centro los derechos, la protección y el bienestar de niñas, niños y adolescentes.