Nueva York (RI Noticias). – Ismael ‘El Mayo’ Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa y actualmente bajo custodia en Estados Unidos, ha hecho un llamado a las principales facciones del grupo criminal —Los Mayos y Los Chapitos— para que pongan fin a la violencia que azota el estado de Sinaloa.
Durante una audiencia celebrada en un tribunal de Nueva York, donde Zambada se declaró culpable de narcotráfico, lavado de dinero y uso de armas, su abogado Frank Pérez leyó un mensaje dirigido a la población sinaloense. En él, pidió calma, prudencia y el cese de actos violentos, instando a buscar un camino hacia la paz y la estabilidad en la región.
Desde la entrega de Zambada a las autoridades estadounidenses en julio del año pasado, se ha recrudecido una cruenta lucha interna en Sinaloa. La disputa por el control del cártel enfrenta a la facción liderada por su hijo, Ismael Zambada Sicairos, alias ‘Mayito Flaco’, y al grupo comandado por los hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán: Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán.
Según su defensa, Zambada cree que su comunidad debe dejar atrás el derramamiento de sangre, que no hace más que aumentar el sufrimiento y perpetuar la violencia. El veterano capo fue capturado en julio de 2024 al llegar en una avioneta al aeropuerto de Santa Teresa, Nuevo México, en compañía de Joaquín Guzmán López —hijo de ‘El Chapo’—, a quien acusa de haberlo traicionado para facilitar su captura.
Tras su declaración de culpabilidad, Zambada enfrenta una posible condena a cadena perpetua. Sin embargo, se especula con que podría recibir una reducción de pena a cambio de colaborar con las autoridades estadounidenses. La sentencia está programada para el próximo 13 de enero.
Mientras tanto, Joaquín Guzmán López comparecerá ante un tribunal de Chicago en septiembre, donde se espera que también se declare culpable, siguiendo los pasos de su hermano Ovidio Guzmán, alias ‘El Ratón’.
La pugna interna en el Cártel de Sinaloa ha dejado un rastro de violencia en el estado, con cientos de personas desaparecidas, miles de muertos y comunidades enteras afectadas, donde incluso las escuelas y negocios han cerrado por temor a la inseguridad.