Los conciertos de Bad Bunny en Puerto Rico han sido un éxito sin precendentes, pues además de hacer gala de sus canciones más icónicas, también hace honor a sus raíces en cada una de sus presentaciones y uno de los elementos más embleáticos ha sido “La Casita“, una construcción en el centro del escenario pintada de color salmón con bordes amarillos y una terraza delantera.
Sin embargo, no todo ha sido felicidad en esta gira ya que Benito Antonio Martínez Ocasio (verdadero nombre del cantante) se encuentra enfrentando una demanda millonaria interpuesta por Don Román Carrasco Delgado, un hombre de 84 años residente en Humacao, en el sureste de Puerto Rico, quien es el dueño original de la vivienda usada en las presentaciones.
La controversia estalló después del lanzamiento del cortometraje Debí Tirar Más Fotos, que acompaña el más reciente álbum del artista. En dicho video aparece una vivienda particular, conocida localmente como La Casita, misma que se encuentra en el escenario acompañando al cantante. Esta vivienda es propiedad de Don Román, quien dice que fue construida en la década de 1960 por él junto a su hermano y su padre.
Demandan a Bad Bunny por el uso indebido de “La Casita”
Según Don Román, la demanda gira en torno al uso indebido de su vivienda, que habría sido replicada como ícono visual en materiales promocionales y escenografías de conciertos sin su consentimiento claro. Pues además de ser usada en dicho cortometraje, esa misma vivienda se replicó en tamaño real para la escenografía de la residencia de conciertos No Me Quiero Ir de Aquí.

En ese montaje escénico, La Casita fue usada como elemento central, no solo como decoración, sino como punto simbólico de reunión con invitados, celebridades y parte de la puestas en escena del espectáculo.
Por ello, la demanda fue presentada en el Tribunal de Primera Instancia en San Juan en donde Don Román solicita al menos 1 millón de dólares como indemnización por diferentes conceptos: daños emocionales, angustias mentales, pérdida de privacidad e ingresos que, según él, se generaron por la explotación comercial de su propiedad sin que él haya recibido un beneficio justo.
Uno de los puntos centrales de la demanda es que Carrasco afirma no saber leer ni escribir, y que firmó un documento en la pantalla de un teléfono móvil, sin que se le explicara completamente lo que contenía. Dice que solo se le comentó que su casa aparecería en un video, pero no se le informó que sería usada como réplica para conciertos, para material promocional ni mercancía.
También denuncia que, tras la difusión del video y los conciertos, su propiedad se ha vuelto una atracción para personas que diariamente llegan a tomar fotografías, a hacer mediciones del inmueble o vídeos, lo que él considera una invasión a su privacidad. Además, señala que ahora enfrenta críticas e incluso hay productos con la imagen de su casa sin que él reciba compensación alguna.
El dueño original de “La Casita” pide más de un millón de dólares en compensación
Según consta en la demanda, Don Román llegó a recibir cheques que sumaron poco más de cinco mil dólares como pago por la utilización en el video original, pero Carrasco no fue informado de los usos posteriores de esa imagen ni de réplicas físicas de su vivienda, por lo que ahora busca una compensación por todo lo que se ha generado a costa de su hogar.
Además de Bad Bunny como individuo, la demanda está dirigida contra tres empresas vinculadas al desarrollo, producción, promoción y organización de eventos: Rimas Entertainment LLC, Move Concerts PR, Inc. y A1 Productions, LLC (WSLS).
El hombre de 84 años los acusa de enriquecimiento ilícito ya que obtuvieron beneficios del uso del diseño, la imagen y popularidad de La Casita, sin que él haya sido compensado de forma proporcional. Hasta el momento, no se sabe cuándo iniciará el proceso jurídico y el equipo de Bad Bunny tampoco ha hecho declaraciones al respecto.