Mazatlán, Sin (RI Noticias).- El sistema lagunar Huizache-Caimanero, considerado en décadas pasadas el más productivo en la captura de camarón del Pacífico mexicano, atraviesa actualmente una severa crisis derivada de la sequía, la elevada salinidad y el progresivo azolvamiento que limita la pesca y dificulta la navegación de las embarcaciones.
La acumulación de sedimentos provenientes de los ríos Baluarte y Presidio, así como de escurrimientos pluviales y arroyos, ha reducido la profundidad de los canales. Esta situación ocasiona que en mareas bajas se complique el traslado de pangas, aumenten las descomposturas de motores y se desgaste de manera acelerada el fondo de las embarcaciones.
El deterioro del ecosistema ha impactado directamente a 2 mil 403 pescadores que dependen de la captura de camarón y escama como principal fuente de ingresos. Mientras que en el pasado se registraban capturas históricas de hasta 32 toneladas en una sola noche, en la actualidad los volúmenes han caído a niveles críticos.
El pasado fin de semana, durante el arranque de la temporada camaronera en El Huizache, los resultados fueron desalentadores. Las capturas apenas alcanzaron entre tres y cinco kilos por pescador, frente a los 150 a 300 kilos obtenidos en la primera marea del año pasado.
El viernes 19 de septiembre, a partir de las 17:00 horas, alrededor de mil pescadores, 700 de ellos pertenecientes a la cooperativa y el resto libres, se lanzaron al sistema lagunar con la expectativa de obtener mejores resultados, pero el panorama fue descrito por los productores como catastrófico.
Ante este escenario, la Federación Regional de Sociedades Cooperativas de la Industria Pesquera de Camarones de Agua Verde impulsa un proyecto de desazolve y dragado para recuperar la productividad del sistema. El trámite fue ingresado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales mediante una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) en modalidad regional, el 19 de noviembre de 2024, y actualmente se encuentra en proceso de ampliación de plazo.
La esperanza de los pescadores se centra en que los efectos de la luna nueva puedan favorecer la actividad, mientras persiste la incertidumbre sobre la viabilidad y los tiempos de ejecución del proyecto de rescate ambiental.
 
 
 



