Guamúchil, Sin (RI Noticias). – En pleno corazón del Évora, el Museo Pedro Infante se ha convertido en uno de los mayores atractivos turísticos y culturales de la región, manteniendo vivo el recuerdo del ídolo del cine de oro mexicano.



Más que un espacio de exhibición, este museo interactivo ofrece un recorrido por la vida del artista nacido en Mazatlán pero forjado en Guamúchil, ciudad que él siempre consideró “su tierra”.
Entre sus salas, los visitantes pueden apreciar una carpintería y una peluquería, oficios que Pedro Infante aprendió en su juventud y que más tarde quedaron plasmados en varios de sus personajes cinematográficos. También se encuentran objetos únicos como los guantes de boxeo con los que entrenaba, para grabar la película de Pepe El Toro, la bata de sus peleas fílmicas, fotografías y vestuarios originales.


Uno de los mayores atractivos es su sala de cine con más de 40 butacas, donde de forma continua se proyectan sus películas de 09:00 horas las 18:00 horas, con la posibilidad de que el público elija la cinta que desea disfrutar de las 32 disponibles que tienen.
Además de preservar la memoria del ídolo, el museo cumple una función social y educativa: sirve como escenario para conferencias, presentaciones de libros y talleres culturales dirigidos a niños y jóvenes.


El lugar también revive anécdotas que muestran la sencillez del artista. Una de las más recordadas ocurrió en 1944, cuando, a pesar de su fama, Pedro prefirió dormir en el patio de la familia Bustillos, con quienes había aprendido carpintería, en lugar de alojarse en un hotel de lujo en Guamúchil.
Hoy, el museo recibe visitantes de todo México y del extranjero, convirtiéndose en un símbolo de identidad local y en un homenaje permanente a quien puso a Guamúchil en el mapa del país y en el corazón del mundo.





