Mazatlán, Sin. {RI Noticias).- El cárcamo de rebombeo de “Conapesca”, la tan esperada, y por supuesto, costosa solución a las inundaciones en la famosa Zona Dorada de Mazatlán, demostró su “eficacia” de la manera más espectacular posible: cancelando su propia inauguración por culpa de la lluvia.
La obra, que venía a “solucionar” los problemas de agua con una modesta inversión de 78.5 millones de pesos y la promesa de mover ocho mil litros de agua por segundo (gracias a sus cuatro súper bombas de 270 caballos de fuerza), tuvo que suspender su gran debut. El evento, que contaría con la presencia estelar del gobernador Rubén Rocha Moya, simplemente fue pasado por agua. Pese al cuantioso gasto, el problema de las inundaciones en la zona persiste, dejando en evidencia que la millonaria inversión no ha logrado el efecto deseado.
Parece que, para el problema de las inundaciones en Mazatlán, la fórmula mágica no es la ingeniería, sino el optimismo. Se informó con bombo y platillo que este cárcamo, un verdadero “monstruo” comparado con el anterior (que solo tenía tres bombillas de 60 caballos), daría salida al agua de unas 40 hectáreas. Instalación de tubería de acero, limpieza del ducto, cajas rompedoras de presión. Todo el kit completo.
El objetivo, era atender un “añejo problema que se representa durante la temporada de lluvias, y que afecta a vecinos y turistas en ese sector de la ciudad, que no pueden transitar”. Pues bien, la lluvia, con su habitual sentido del humor, decidió presentarse el día de que las autoridades programaron cortar el listón y decirle a la gente: “¡Misión cumplida!”
En fin. Mientras las autoridades reagendan el evento y, presumiblemente, piden un informe sobre por qué la lluvia hizo lo que la lluvia hace (caer), los ciudadanos y turistas de Mazatlán se quedan con la certeza de que, pese a las cuantiosas inversiones y las pomposas promesas, el agua sigue teniendo la última palabra.
 
 
 



