El príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, anunció que renuncia a sus títulos nobiliarios, incluido el de duque de York, tras consultarlo con el monarca y su familia cercana. Aunque seguirá siendo príncipe, Andrés da un paso más en su alejamiento de la vida pública, que comenzó tras las acusaciones que lo vinculan con Jeffrey Epstein, el financiero neoyorquino condenado por delitos sexuales contra menores.
En un comunicado difundido este viernes, el príncipe explicó:
“Hemos concluido que las continuas acusaciones contra mí distraen del trabajo de Su Majestad y la Familia Real. He decidido, como siempre, priorizar mi deber hacia mi familia y mi país. Mantengo mi decisión de hace cinco años de retirarme de la vida pública. Por ende, dejaré de usar los títulos y honores que se me han conferido. Como lo he dicho anteriormente, de manera tajante niego las acusaciones en mi contra”.
Andrés ha estado bajo intenso escrutinio por sus vínculos con Epstein, incluyendo dudas sobre cuándo cortó realmente todo contacto. En su entrevista con BBC Newsnight en 2019, aseguró haber roto relaciones con Epstein tras ser fotografiados juntos en Nueva York en 2010. Sin embargo, meses después surgieron correos electrónicos que sugerían que habría mantenido contacto privado, incluido un mensaje que decía: “¡Mantente en contacto cercano y pronto volveremos a jugar!”.
El anuncio se produce días antes de la publicación de las memorias póstumas de Virginia Giuffre, una de las acusadoras de Epstein, quienes relatan que el príncipe Andrés habría tenido relaciones sexuales con ella en al menos tres ocasiones, incluyendo en la residencia de Ghislaine Maxwell en Londres. Giuffre, que conoció a Epstein por Maxwell, afirma haber sido víctima de explotación sexual junto a otras jóvenes vulnerables y señala al príncipe entre los miembros del círculo de poder de Epstein.
Andrés siempre ha negado cualquier irregularidad y en 2022 llegó a un acuerdo económico con Giuffre. Los extractos de su libro Nobody’s Girl, publicados en The Guardian, detallan encuentros con el príncipe en 2001, cuando ella tenía 17 años.
Para la corresponsal real de BBC, Daniela Relph, la renuncia de Andrés representa una “humillación pública” significativa. El príncipe ya había perdido sus roles activos dentro de la realeza, títulos militares y participación en eventos oficiales, y ahora también pierde títulos que eran fuente de gran orgullo personal, como el duque de York y la Orden de la Jarretera. Sin embargo, la medida busca minimizar la distracción que generan las acusaciones y proteger la labor de la Familia Real.