Mazatlán, Sin. (RI Noticias).- Un preocupante fenómeno se está observando entre los niños de Mazatlán: la normalización de la violencia extrema. Esta actitud no responde a una insensibilidad, sino que se está desarrollando como un mecanismo de defensa generalizado ante la ola de inseguridad que las autoridades no han podido contener, afirmó, la psicóloga Samantha Medina Soto, especialista en área educativa y con una maestría en educación especial.
Agregó, que la cotidianidad de presenciar o escuchar sobre balaceras, asesinatos o “levantones” hace que los menores integren estos hechos a su realidad diaria.
Inicialmente, la violencia causaba efectos emocionales claros como ansiedad, tristeza, rasgos depresivos, estrés, miedos nocturnos y pesadillas, lo que afectaba el rendimiento escolar. No obstante, ahora la psicóloga Medina Soto nota una alarmante sensación de aceptación o normalización. Explica que, aunque la violencia no es el motivo directo de la consulta, esta situación anexa emerge durante las terapias enfocadas en problemas de aprendizaje o conducta.
“Mira que ahorita en esta etapa en la que nos encontramos, lamentablemente tengo una sensación de normalización. Ya para los niños es como común, es como algo cotidiano saber que hubo una balacera en la esquina de su casa, que mataron a un hombre, que vieron que levantaban a alguien, llegan asustados, de repente contándolo”.
Ante este panorama, la psicóloga enfatizó la necesidad de que padres y escuelas funjan como red de apoyo. Es crucial que los adultos tengan pláticas abiertas y honestas con los niños(a partir de los 7 años o segundo de primaria) para explicar la situación del país, fomentando la resiliencia y habilidades de autocuidado (como reaccionar ante balazos). También es importante supervisar los contenidos violentos en videojuegos y redes sociales.




