Un menor de 6 años de edad murió por una sobredosis de adrenalina en Brasil, de acuerdo con sus padres, quienes exigen justicia por el caso, al que denominan como negligencia médica, las autoridades ya investigan los hechos como posible homicidio.
El menor fue identificado como Benício, residente de la provincia brasileña de Manos, quien acudió al hospital por una tos seca acompañada de fiebre, pues sus padres dudaban si se trata de un caso de laringitis ya que el mes anterior el niño había presentado síntomas similares y se le había administrado adrenalina, pero por inhalación.
El 22 de noviembre, la madre, Joice Xavier de Carvalho, relató que en la guardia la médica de turno, Juliana Brasil Santos, ordenó inyectar adrenalina pura (sin diluir) por vía intravenosa, se aplicaron tres dosis, sumando un total de 9 miligramos.
A pesar de la sorpresa de la enfermera ante la indicación, la orden fue acatada, apenas recibió la inyección, Benicio palideció y se quejó de un fuerte dolor en el pecho, su padre, Bruno, pidió ayuda inmediatamente, pero la doctora insistió en que no había problemas.
Doctora admite su error y comienzan investigaciones
Horas más tarde, la propia médica Brasil Santos admitió su error en un mensaje de WhatsApp, de inmediato, solicitó que le realizaran un electrocardiograma al niño y le suministran oxígeno.
“Me equivoqué con la receta”.
Benicio fue trasladado a emergencias, aún consciente pero con graves dificultades para respirar, y posteriormente a terapia intensiva, su padre lo acompañó, pero el estado del niño empeoró rápidamente. Tuvieron que intubarlo y sufrió seis paros cardíacos antes de fallecer. El deceso del menor ha provocado una investigación judicial, mientras que el comisario Marcelo Martins fue contundente en sus declaraciones, calificando el caso como un “homicidio”.
“Se percibe un error estructural, una cadena de fallas en los protocolos y cuidados. Benicio no tuvo ni una chance”, afirmó Martins.
¿Qué pasa si te inyectan adrenalina?
La adrenalina produce una respuesta inmediata en el cuerpo, diseñada para ser un tratamiento de emergencia, como reacciones alérgicas graves o paro cardíaco, aumentando el ritmo cardíaco y la presión arterial, apertura de las vías respiratorias y reducción de la hinchazón, así como un suministro de energía.
Aunque su uso puede salvar vidas, en caso de que se administre una dosis innecesaria o sobredosis el paciente puede experimentar subidas bruscas y peligrosas de la presión arterial, arritmias cardíacas fatales e incluso un infarto en personas vulnerables, como niños, adultos mayores y personas con problemas cardíacos.




