El proyecto del Tren Interoceánico, una de las obras insignia del expresidente Andrés Manuel López Obrador, enfrenta severas críticas tras el descarrilamiento ocurrido en Oaxaca el domingo pasado, mismo que dejó un saldo de 13 personas fallecidas.
De acuerdo con diario Reforma, la obra fundamental para la conexión del Istmo de Tehuantepec, padece de omisiones en la construcción, falta de mantenimiento en taludes y el uso de equipo ferroviario con décadas de antigüedad.
El medio citó un artículo publicado por el portal Trains que detalló que el servicio de pasajeros opera con convoyes reciclados y maquinaria “obsoleta”; a diferencia de otros proyectos ferroviarios hechos por AMLO como el Tren Maya.
Equipo de los años 70 y trenes reciclados
A diferencia de otros sistemas de transporte, el Tren Interoceánico opera con locomotoras británicas High Speed Train (HST) Clase 43, fabricadas entre 1976 y 1982, las cuales tienen hasta 50 años de antigüedad.
El 27 de enero de 2025, la paraestatal Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT) adjudicó directamente mil 200 millones de pesos para la compra de 11 locomotoras y carros de pasajeros usados.
El parque vehicular se complementa con equipo estadounidense que incluye locomotoras SD70M (ex-Union Pacific), coches Amfleet (ex-Amtrak) y un coche domo construido en 1954.
Asimismo, la Secretaría de Marina recicló dos trenes alemanes de la marca Vossloh AG que pertenecieron al fracasado Tren Turístico Puebla-Cholula, proyecto que operó de 2017 a 2021.
Mientras que para el Tren Maya se invirtieron 42 mil 500 millones de pesos en 42 trenes nuevos y el actual Gobierno pactó 25 mil millones adicionales para 62 convoyes modernos, el Interoceánico inició servicios con material cuya vida útil original ya había expirado.
Fallas críticas en infraestructura y taludes
La Secretaría de Marina (Semar) ha destinado recursos considerables durante 2025 para intentar estabilizar los taludes en el tramo Chivela-La Mata, donde se registró el siniestro.
Según Reforma, expertos técnicos del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT) advirtieron desde principios de año que las intensas lluvias y la inestabilidad del terreno amenazaban la seguridad de la vía.
Pese a contratos de emergencia que suman más de 440 millones de pesos para mitigar derrumbes, las deficiencias persistieron debido a lo que se señala como una “prisa constructiva”.
Durmientes de madera y sobrecostos
Tras el accidente, el medio reveló que en la curva del siniestro se utilizaban durmientes de madera vieja, a pesar de que a escasos metros existían materiales nuevos de concreto.
Esta falta de uniformidad en la rehabilitación de los 308 kilómetros de la Línea Z ocurrió en un contexto de incremento presupuestal, pues el costo total de la obra se duplicó, pasando de 8 mil 657 a 16 mil 630 millones de pesos, sin considerar los trabajos emergentes realizados durante 2025.
